¿Cómo controlo la corrosión en el acero inoxidable?

La corrosión en el acero inoxidable es una de las preocupaciones técnicas más problemáticas para los fabricantes. Ya sea localizada o generalizada, la corrosión adopta muchas formas, dependiendo del entorno de servicio particular. Algunos tipos comunes son la corrosión general, la corrosión por grietas, la corrosión intergranular, la corrosión por picaduras y la corrosión por tensión, solo por mencionar algunos. Independientemente del tipo, la corrosión puede convertirse en una pesadilla financiera o, peor aún, provocar una falla catastrófica.

La corrosión se define como un deterioro indeseable del metal como resultado de una reacción química o electroquímica provocada por el entorno inmediato. Lo primero y más importante debe ser identificar la fuente de la corrosión, así como reconocer la necesidad de prevenirla.

El control de la corrosión en el metal base es responsabilidad del diseñador. Incluso si todo se hace correctamente, las soldaduras a menudo no presentan el mismo nivel de resistencia a la corrosión. Pero si no es correcto, el nivel de corrosión puede ser mayor. Primero, elija el metal de aportación correcto. Su proveedor de soldadura puede asesorarle al respecto si el diseñador no lo ha especificado. Por ejemplo, el metal de aportación debe igualar o superar el nivel de molibdeno en el metal base. Esto podría requerir el uso de una aleación a base de níquel, especialmente si el contenido de molibdeno supera el 4 por ciento.

En segundo lugar, el procedimiento de soldadura debe controlar correctamente el aporte de calor. Esto se vuelve cada vez más crítico a medida que aumenta el contenido de níquel. El calor excesivo puede provocar la formación de estructuras indeseables y crear tensiones indebidas que sólo exacerbarán la corrosión o provocarán grietas en servicio. En el caso de los aceros inoxidables dúplex, demasiado calor o incluso muy poco calor puede provocar la formación de fases indeseables, afectando así a la resistencia a la corrosión.

Asegúrese de elegir las herramientas de limpieza adecuadas antes y después de la soldadura para esmerilar, cepillar y pulir las soldaduras finales. Seleccione herramientas de limpieza de acero inoxidable que no hayan sido contaminadas previamente por su uso en aceros al carbono o de baja aleación. También asegúrese de eliminar todo rastro de escoria y humo de soldadura del metal base. Es imperativo eliminar cualquier grieta o hendidura, como socavadas.

De los muchos métodos para controlar la corrosión, ninguno es mejor que implementar las mejores prácticas. El control de la corrosión se logra mejor seleccionando el metal de aportación adecuado y siguiendo buenas prácticas de fabricación. En última instancia, esto proporcionará la máxima resistencia a la corrosión.